¿Licenciatura o Ingeniería? ¿Universidad pública o privada? ¿Plata o pasión?

Elegir una carrera universitaria no fue en mi caso una tarea simple. Por Diego Ferrocchio

Elegir una carrera universitaria no fue en mi caso una tarea simple, menos aún lo fue elegir algo en lo que iba a pasar los próximos 5 años para luego tener que pasar el resto de mi vida en eso. Con esa premisa comencé mi camino de búsqueda de carrera universitaria, creo que  un año antes  aproximadamente decidí que tenía 2 opciones, una era por el mundo de la tecnología y  la otra en el mundo del periodismo deportivo.

Bastante dispares las profesiones como para comprometerme por 5 años, así que comencé a ir a jornadas abiertas en las universidades y ver que ofrecían, de qué se trataba y cómo era el plan de estudios. Las jornadas me sirvieron porque me dieron información y me generaba más interese en las carreras pero no terminaba de entender precisamente qué es lo que iba a realizar una vez recibido, tenía muchas dudas.  Lo que más utilidad me dio fue poder dialogar con profesionales ya insertados en el mercado laboral.

Vale aclarar que el anhelo de ser periodista deportiva quedó de lado rápidamente, me parece que era más una ilusión de ir a ver un mundial de futbol o los juegos olímpicos, o trabajar en ESPN que realmente una vocación.

Ahora ya inmerso en el mundo de la tecnología y comenzando a charlar con distintos profesionales la duda era si seguir Licenciatura o Ingeniería. En mi caso si bien me gustan las matemáticas y las ciencias exactas opté por una licenciatura que era más liviana en cuanto a esos aspectos y me proporcionaba un aspecto más funcional, más cercano al negocio, a entender más las necesidades de mis futuros clientes. Buscaba algo que no me generara trabas de entrada y pensé en ese momento que una ingeniería podía tornarse complicado. Hablar con profesionales que estén trabajando me parece fundamental porque el mercado laboral dista mucho de lo que se aprende en la universidad. Es algo normal porque las organizaciones son vivas y deben adaptarse muy rápidamente a los cambios, de manera más veloz  que los planes de estudios. Futuro colega, lea con atención: Un licenciado no es mejor que un ingeniero ni viceversa, elija con tranquilidad que no se le cierra ninguna puerta, créame.

Universidad de San andres

La otra cuestión era decidir a dónde estudiar, ¿universidad pública o privada? En mi cabeza había varios preconceptos que me daban vueltas y estaban fundados por los comentarios que escuchaba de mis amigos y de lo que sus hermanos mayores le decían, y también por los diferentes mandatos sociales, estaba habituado a escuchar “En la privada pagas el título”, “en la pública sos un número”, “en la privada no tenés que esforzarte”, “en la pública te vas a hacer más fuerte por tener que hacer 3 horas de fila para sacar un libro de la biblioteca”.  Luego de un poco de análisis pero más que nada de corazonada, opté por la privada. La elección me llevó a averiguar en la Universidad Católica de Córdoba, en la Universidad Blas Pascal y en la Universidad Empresarial Siglo 21. Esta última terminó siendo mi elección.

Universidad de Buenos Aires

Tuve en cuenta un par de factores claves para decidirme:

  1. Le da mucha importancia al liderazgo
  2. Más allá de lo técnico de la carrera tiene materias transversales que complementan el perfil (recursos humanos, administración, costos, ética, marketing, finanzas)
  3. El equipamiento y la tecnología eran acordes a la época en la que vivimos, con lo cual podía realizar mucha práctica más allá de la teoría.  Ninguno de los preconceptos anteriores es cierto, lo pude corroborar al menos en el ámbito privado.

Por dicho motivo si puedo dar algunas ventajas que yo creo son diferenciales:

  1. Educación más personalizada
  2. Disposición de materiales de última tecnología
  3. Período educativo libre de paros y huelgas. Los profesores generalmente son los mismos en las diferentes instituciones, en mi caso no me hizo la diferencia.

En resumen, toda carrera universitaria aporta herramientas, las cuáles después son útiles para el desarrollo de las actividades laborales, como los idiomas o el perfeccionamiento en habilidades blandas. No se dejen llevar por comentarios descalificadores de la misma carrera o hacia diferentes universidades, considero que cada uno tiene un perfil para cada universidad y cada carrera. Y por último y no menos importante, la pasión. Piensen que quizás trabajarán muchos años en base a lo que estudien entonces más allá del dinero que pueda dar la profesión tienen que tener pasión en lo que hagan. No hay que tener miedo a un posible cambio de rumbo profesional, con una buena base la adaptación es más simple y las oportunidades van apareciendo.

 El que no hace no se equivoca, así que los invito a equivocarse muchas veces y aprender de los errores para ser cada día mejores.